En Francia, una noticia insólita ha marcado al país durante estas fiestas navideñas, provocando al mismo tiempo bastantes inconvenientes en la red ferroviaria. Un conductor de tren de alta velocidad (TGV) se suicidó saltando del tren en Nochebuena. Su acto desesperado repercutió en miles de viajeros en la línea del sureste de Francia, paralizando el tráfico con retrasos de entre 3 y 5 horas. Todos los medios de comunicación de los Alpes lo informan desde el principio.
El conductor «se suicidó mientras el tren estaba en marcha», declararon los dirigentes de la compañía ferroviaria Sncf en un comunicado de prensa. “Tan pronto como abandonó su puesto de conducción, se activaron los dispositivos de parada automática del tren y el tren se detuvo automáticamente”, señalaron. «La seguridad de los pasajeros del tren nunca se vio amenazada, ni tampoco la seguridad del tráfico, ya que el centro de gestión del tráfico fue alertado inmediatamente de forma automática», afirmó la compañía ferroviaria.
La fiscalía de Melun (Seine et Marne) fue la primera en mencionar un posible suicidio, precisando que «las primeras investigaciones parecen llevar a la idea de un acto suicida» por parte del maquinista de un tren TGV tras el descubrimiento de un cuerpo sin vida. «Los procedimientos automáticos de seguridad ferroviaria garantizaron la parada del tren», precisó la misma fuente. Según la policía, poco después se encontró el cuerpo sin vida del conductor. El accidente se produjo en el sur de la región de Sena y Marne, en el municipio de Crisenoy.
Se abrió otra investigación judicial para investigar las causas de la muerte y se confió a la gendarmería de Melun. El Sncf, que habló de una «terrible tragedia» que ha sumido a toda la familia de trabajadores ferroviarios en «luto» este día de Navidad. Según un portavoz de la empresa, es la primera vez «que tenga memoria» que se produzca un accidente de este tipo.
