Cuatro años después de aquella exhortación a sus seguidores ante la Casa Blanca a «armar el infierno» que acabó con el asalto al Capitolio y uno de los días más oscuros de la democracia estadounidense Donald Trump ha sido certificado oficialmente por el Congreso como el 47º presidente de Estados Unidos junto con JD Vance como su adjunto.
Bajo una tormenta de nieve, en una capital desierta pero aún blindada no sólo porque el recuerdo de la insurrección del 6 de enero de 2021 sigue vivo sino también por el reciente ataque en Nueva Orleans y la explosión de un Tesla en Las Vegas, fue Fue la vicepresidenta Kamala Harris quien declaró elegidos a Trump y a Vance, que estaba presente en el Capitolio. Una burla para el demócrata, derrotado por el magnate en noviembreque tuvo que leer sus votos y los de su oponente en la sesión conjunta del Congreso, recorriendo así un momento doloroso de su carrera política. «Mi victoria es un gran momento de la historia», exultó Donald en su red social Truth, citando a su primer amigo, Elon Musk, según el cual «si Trump no hubiera ganado las elecciones, la civilización se habría perdido». La ceremonia de este año se desarrolló sin contratiempos ni incidentes, en una atmósfera casi surrealista, en un silencio sordo que contrastaba con el ruido de la violencia desatada por miles de alborotadores hace cuatro años. El presidente electo les ha garantizado el indulto a los más de 1.500 acusados por el Departamento de Justicia, una vez que asuma de nuevo su cargo en la Casa Blanca dentro de dos semanas.
Por ahora, Trump tiene que pensar en sus problemas legales, esa sentencia en el caso Stormy Daniels que podría arruinar su partido el 10 de enero. Los abogados del magnate impugnaron la decisión del juez Juan Merchán y pidieron un aplazamiento hasta que un tribunal superior se pronuncie invocando nuevamente la inmunidad presidencial. Mientras tanto, Joe Biden quiso recordar aquel desafortunado día en el que los partidarios del magnate intentaron bloquear su victoria tanto en un editorial del Washington Post como hablando con periodistas en la Casa Blanca. «Lo ocurrido es una amenaza real a la democracia. Debemos comprometernos a recordar el 6 de enero de 2021 cada año. Un día en el que nuestra democracia fue puesta a prueba y prevaleció”, advirtió el presidente que viajó a Nueva Orleans con la primera dama Jill para reunirse con las familias de las víctimas del ataque. El comandante en jefe anunció también que había declarado zonas protegidas, y por tanto prohibidas de perforar, más de 253 millones de hectáreas de costas, casi todas las de Estados Unidos. Un último desafío a su sucesor, que durante la campaña electoral prometió una plena reanudación de la extracción de hidrocarburos con el ya famoso eslogan «¡perfora bebé, perfora!». El presidente electo reaccionó inmediatamente atacando la decisión calificándola de «venganza política vergonzosa» y acusando a Biden de hacer la transición «lo más difícil posible con estas órdenes ejecutivas». «El pueblo americano – subrayó su portavoz Karoline Leavitt – ha dado al presidente Trump el mandato de aumentar las perforaciones y bajar los precios del gas. Tengan la seguridad de que Joe Biden fracasará y perforaremos, cariño, perforaremos». Y Donald ha asegurado que anulará todas las medidas adoptadas por su predecesor.