Extorsión y drogas entre Calabria y Umbría, la petición: «Confirmar 23 condenas»

Se confirmarán veintitrés condenas y se celebrará un nuevo juicio de apelación para un acusado. Así podemos resumir las peticiones contundentes que el fiscal general adjunto, Luigi Giordano, presentará ante el Tribunal de Casación que en diciembre juzgará a las 24 personas que, el 15 de mayo de 2023, fueron condenadas por el Tribunal de Apelación de Catanzaro en el juicio abreviado en segunda instancia nacido de las investigaciones conjuntas “Malapianta” e “Infectio”. Con las dos redadas llevadas a cabo entre mayo y diciembre de 2019 por Finanzas y Policía a lo largo del eje San Leonardo di Cutro-Umbría, la DDA se declaró convencida de haber desmantelado la banda Mannolo-Zoffreo-Trapasso-Falcone, que también habría ampliado su tentáculos hasta Perugia.

Las investigaciones revelaron que el clan liderado por Alfonso Mannolo (30 años de prisión en el recurso ordinario) no sólo acosaba con usura y extorsión los pueblos turísticos de la costa jónica de Crotone y Catanzaro. Porque el club ‘ndrangheta habría ejercido también un «control absoluto» sobre el «mercado de las drogas», especialmente la cocaína y la heroína, hasta el punto de no tolerar «ninguna autonomía en el territorio». Los Mannolo, según los jueces de Catanzaro, solían utilizar el producto del tráfico de drogas tanto para la «compra» de regalos para los «representantes» de otros grupos criminales con motivo de las fiestas, como para «el mantenimiento de prisioneros» en prisión. En este sentido, la acusación centra: «El Tribunal de Apelación ilustró el papel protagónico desempeñado» por Mario Mannolo (19 años y 3 meses de prisión) «en la organización que gestionaba el tráfico de drogas» tras la «detención» de su hermano Alfonso. De hecho, se precisa, «el tráfico de drogas era de interés para la banda», lo que habría hecho que los «enormes beneficios» derivados del negocio de la droga fluyeran «a las arcas de la organización criminal». Pero la pista del narcotráfico conducía a Perugia. Donde, observa Giordano, Natale Ribecco (6 años y 8 meses) «participaba en la gestión directa del suministro» de medicamentos. ¿Cómo? El acusado, según las conclusiones, «estableció contacto y se reunió» junto «con su padre», el «proveedor» de estupefacientes; «conocía los canales de suministro de las buenas drogas»; y se ocupaba del «minorista».

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