Kiev anuncia: «Dos norcoreanos capturados en Kursk»

Las tropas ucranianas que participan en la región rusa de Kursk se atribuyeron la responsabilidad de capturar a dos soldados norcoreanos y entregarlos a la inteligencia en Kiev para interrogarlos. Ni Moscú ni Pyongyang se han pronunciado, pero si se confirma la noticia sería la primera vez que el ejército de Kim Jong-un acaba en manos de los ucranianos, arrojando luz sobre su papel real junto a las fuerzas armadas de Vladímir Putin. Era Volodímir Zelenski para anunciar la captura de los dos norcoreanos: «Aunque heridos, sobrevivieron y fueron llevados a Kiev y están hablando con los investigadores del SBU», escribió en las redes sociales. Los dos – según informó el 007 ucraniano – confirmaron que eran soldados de élite del ejército. Uno en particular, que calificaba como fusilero, tenía una tarjeta de identidad rusa falsa y dijo que creía que iba «a Rusia para entrenar, no para librar una guerra contra Ucrania».

El otro hombre escribió sus respuestas debido a una lesión en la mandíbula y dijo que era un francotirador explorador. Los servicios de seguridad ucranianos publicaron entonces un vídeo con los dos hombres en camas de hospital. No se difundieron grabaciones de audio, pero la versión oficial es que los prisioneros hablaron a través de intérpretes coreanos que colaboraban con la inteligencia de Seúl. Esta operación, según Kiev, aportó «pruebas irrefutables de la participación de la República Popular de Corea del Norte en la guerra de Rusia contra nuestro país, con tropas regulares y no mercenarias». En diciembre los ucranianos afirmaron haber capturado a varios norcoreanos, pero habían muerto a causa de sus graves heridas.. Además, acusa Zelensky, los propios rusos «rematan a sus heridos» y queman los cuerpos para ocultar pruebas de la participación de otro Estado en el conflicto». El líder ucraniano aseguró que garantizará el acceso de los medios de comunicación a los prisioneros de guerra, porque «el mundo debe saber lo que está pasando».

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Estados Unidos y la OTAN ya habían confirmado en octubre la presencia de al menos 10.000 norcoreanos en la provincia de Kursk, tras la firma de un pacto de asistencia militar entre Putin y Kim. La participación de un ejército extranjero regular (hasta ahora nunca confirmada por el Kremlin) representó una escalada significativa en la invasión lanzada hace casi tres años por Putin. Tal vez la señal de que el conflicto está entrando en una fase potencialmente decisiva con el inminente regreso de Donald Trump en la Casa Blanca. No es casualidad que tanto Moscú como Kiev estén intentando por todos los medios mejorar o mantener sus posiciones sobre el terreno, antes de que el presidente estadounidense acelere el inicio de una negociación.

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