La Reggina cierra a partir de hoy sus entrenamientos y se prepara para el partido fuera de casa en Vibo. Necesitamos prepararnos para el partido contra los líderes de la liga y buscar la concentración adecuada para lo que será sobre todo una prueba de carácter. Los dos empates consecutivos contra Akragas y Sambiase aumentaron el descontento entre los aficionados, apagando el atisbo de entusiasmo que se había creado tras las tres victorias consecutivas. Al menos dos de los cuales son convincentes y plenamente merecidos. Todo se reinicia de nuevoporque quizás lo construido no era suficiente para alcanzar el nivel que se exige a quienes deben ganar el campeonato. El planteamiento de un partido tan importante nos exige no pensar demasiado en lo que ha sido, sino centrarnos en lo que será. El campo ha dicho inequívocamente que algo debe cambiar.
Esto también habrá que hacerlo con las dificultades de quienes no tendrán dos titulares under. (es decir, el lesionado Lazar y el sancionado Forciniti) y estará inevitablemente condicionado por los problemas relacionados con los jugadores jóvenes que servirán para sustituirlos. Independientemente de cuál sea el despliegue táctico, en Reggio estamos seguros de que veremos una Reggina diferente en espíritu. Diferente a la que hizo un planteamiento equivocado en Agrigento y pariente lejana de la que marcó ante Sambiase y luego casi se abandonó a la posesión estéril del balón y a la devolución de un rival organizado. Una Reggina que ofrece algo más que el patrón más recurrente en el que se han convertido los saques de banda largos de Cham. La plantilla tiene materia prima para hacerlo mucho mejor y no habría mayor aliciente que el partido del domingo para empezar a sacar algo de calidad. Y todo esto también podría venir de nuevas elecciones en cuanto a los hombres a enviar al campo y de las que el equipo no parece poder prescindir. La Reggina mostró lo mejor cuando envió al campo a jugadores más aptos para aportar velocidad, superioridad numérica y calidad de juego. Se hace referencia, por ejemplo, a Provazza y Renelus en los flancos ofensivos, que acabaron en la grada y en el banquillo respectivamente en el último partido. Pero también a Urso, que es de los pocos que sabe ser peligroso en las jugadas a balón parado.