Después de años de relativa tregua aérea, Rusia ha vuelto a atacar con incursiones en Alepoen respuesta a la gran Ofensiva lanzada por rebeldes en el noroeste de Siria.. Es la primera vez desde 2016 que aviones rusos apuntan a la ciudad, lo que marca un nuevo capítulo en la guerra civil siria.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) ha confirmado que combatientes rusos y sirios también han intensificado sus operaciones en Idlib, último bastión rebelde, con 23 ataques aéreos en pocas horas. Según la organización, estas incursiones representan una respuesta directa al avance de los yihadistas y de las fuerzas pro turcas que han conquistado posiciones estratégicas cerca de Alepo.
Ofensiva rebelde y respuesta ruso-siria
Los rebeldes, apoyados por Türkiye, han lanzado una ofensiva masiva contra las fuerzas del gobierno sirio. Los enfrentamientos, que se concentran en la zona occidental de Alepo, ya han provocado 153 muertossegún un presupuesto preliminar. Las fuerzas pro-turcas avanzan rápidamente, mientras el ejército sirio, apoyado por Rusia, intenta frenar la ofensiva con bombardeos aéreos y terrestres.
«Aviones rusos y sirios atacaron zonas estratégicas controladas por los rebeldes, causando numerosas bajas», dijo un portavoz del OSDH.
Alepo, símbolo de la guerra civil
Alepo, símbolo de la devastación del conflicto sirio, vuelve a convertirse en el centro de las hostilidades. Desde 2016, la ciudad permaneció bajo control gubernamental, mientras que los rebeldes se retiraron a las regiones circundantes, particularmente a Idlib. Ahora, el regreso de los ataques aéreos rusos representa un cambio de estrategia.
Las implicaciones de esta escalada son significativas: por un lado, Moscú demuestra que sigue siendo un actor clave en el conflicto sirio; Por otro lado, la ofensiva rebelde indica una capacidad renovada para movilizar fuerzas antigubernamentales, a pesar de las grandes pérdidas sufridas en los últimos años.
Un conflicto sin fin
El conflicto sirio, ahora en su decimotercer año, continúa evolucionando. Si bien las potencias regionales e internacionales -desde Rusia hasta Türkiye- desempeñan un papel crucial, la población civil sigue atrapada en una espiral de violencia.
Con los ataques aéreos sobre Alepo e Idlib y los combates avanzando hacia el corazón del noroeste, la guerra siria parece estar lejos de ser una solución.