Si el campeonato hubiera terminado, Cosenza estaría a salvo sin necesidad de realizar los playouts. Un resultado sensacional en la decimotercera jornada para un equipo construido sin ambiciones de alto rango y obligado a vivir con una piedra: la penalización de 4 puntos.
Catorce puntos en el ranking: 4 más que Frosinone, 2 más que Cittadella, muy por encima incluso de Sudtirol, Salernitana y Carrarese; los mismos puntos que Reggiana y Módena. Si el -4 no se hubiera producido tras las infracciones administrativas registradas en verano en las altas esferas del club, Cosenza habría compartido una cómoda quinta plaza con el Cremonese, en plena lucha por los playoffs.
La actuación de Alvini y su banda está por encima de las expectativas, gracias a una cohesión muy fuerte. Los rossoblù juegan al rock, en virtud de la continuidad conseguida en las últimas semanas y de la que el técnico toscano ha hablado en numerosas ocasiones. A Brescia ha llegado la confirmación de un grupo que trabaja para viajar en una única dirección, la del colectivo.
Un ejemplo muy claro de ello fueron los momentos clave del partido «Rigamonti». Zilli, Mazzocchi y Charlys compartieron su alegría con el banquillo. El delantero milanés, que hasta ahora había vivido un período muy complicado, sin goles y con actuaciones negativas, desató su alegría haciendo un gesto hacia los hombres presentes en ese momento junto a Alvini. Un gesto simbólico que transmite la imagen de un vestuario compacto. Una piña formada por el técnico, el líder adecuado en un momento tan delicado. Un valor añadido.
Y el equipo, al final del partido, lo rodeó de ilusión para celebrar el éxito. Refiriéndose a una cena. Otro, tras el que precedió al partido contra la Sampdoria, se hizo público tras la historia compartida en Instagram por Michele Camporese.
Cosenza completó su ascenso entre octubre y los primeros diez días de noviembre. Entre una parada y otra pasó del último lugar a la seguridad directa. Una permanencia en la Serie B que por el momento sigue siendo sólo virtual: el campeonato de los Wolves se reiniciará con la necesidad de mantener la concentración y defender lo conquistado en este último período.
Ahora más que nunca entrará en juego el otro concepto reiterado varias veces por Alvini: el equilibrio. El error sería elevar demasiado la mira, incluso con la certeza de que en los últimos cinco días sólo Sassuolo (13 puntos), Pisa (11), Spezia (11) y Cesena (10) han recorrido un ritmo superior al Lobos. Para mantener la confianza y la tendencia es fundamental mantener la actitud de equipo de trabajo mostrada hasta este momento, continuando limpiando errores y limitaciones surgidas en los primeros tres meses de competición.
Tanto en el primer como en el segundo gol encajados en Brescia, los rossoblù podrían haber hecho más. Hay que revisar, sobre todo, la gestión de la doble ventaja en la segunda parte de carrera. Trabajar en corregir los defectos con una situación de ranking tranquila ayudará a asimilar mejor los conceptos, con el apoyo del entorno, totalmente alineado con el grupo y ahora por fin menos en fibrilación.